Las sanciones laborales son medidas disciplinarias que puede tomar una empresa cuando considera que un trabajador ha incumplido alguna de sus obligaciones.
Estas sanciones pueden ir desde una advertencia por escrito hasta la suspensión de empleo y sueldo o incluso el despido. Sin embargo, no siempre el trabajador está de acuerdo con la sanción impuesta y está en su derecho formalizar su desacuerdo.
En estos casos, es posible impugnar la medida para que se revise su validez y se determine si es justa o no. A continuación, explicamos cuándo y por qué se aplica una sanción laboral, así como los pasos que se deben seguir en caso de querer impugnarla.
¿En qué casos impugnar una sanción laboral?
No todas las sanciones laborales son válidas ni están justificadas. Existen situaciones en las que un trabajador puede considerar que la sanción impuesta es injusta, desproporcionada o directamente contraria a la ley. Algunos casos comunes en los que es recomendable impugnar una sanción laboral son:
Falta de pruebas suficientes
Si la empresa no ha presentado pruebas claras y suficientes para justificar la sanción, el trabajador puede considerarla injusta.
Por ejemplo, si la empresa acusa al trabajador de no cumplir con el horario laboral, pero no se han presentado registros adecuados del horario de la jornada, se puede impugnar la sanción por falta de pruebas.
Sanciones desproporcionadas
Una sanción debe ser proporcional a la falta cometida. Si se considera que la medida es exagerada en relación con la infracción, el trabajador tiene el derecho de impugnarla.
Por ejemplo, una falta leve como un retraso puntual no debería ser sancionada con una suspensión de empleo y sueldo.
Vulneración de derechos fundamentales
Si la sanción vulnera derechos fundamentales como el derecho a la dignidad, la igualdad o la no discriminación, puede impugnarse.
En caso de creer que la sanción está motivada por cuestiones personales o discriminatorias (es decir, por cuestiones de género, raza, orientación sexual o creencias), habría una base sólida para impugnar.
Errores de procedimiento
Las sanciones deben imponerse siguiendo un procedimiento legal y adecuado. Si la empresa no cumple con los plazos, no informa correctamente de la sanción o no respeta el derecho a la defensa, se puede impugnar la medida por defectos de forma.
Acumulación de sanciones no justificada
A veces, las empresas intentan acumular sanciones pequeñas para justificar medidas más graves, como el despido. Si se observa un patrón de sanciones por faltas mínimas que no se ajustan a la realidad, se puede impugnar la sanción, ya que esto puede tratarse de una estrategia para construir un expediente disciplinario de forma injusta.
¿Por qué se aplica una sanción laboral?
Una sanción laboral es una medida que toma la empresa para disciplinar al trabajador cuando considera que ha incumplido alguna de sus obligaciones contractuales.
Estas sanciones suelen estar contempladas en los convenios colectivos o en el propio contrato de trabajo. Entre los motivos más comunes por los que se puede aplicar una sanción laboral, destacan:
Infracción de las normas internas
Cada empresa tiene sus propias normas de funcionamiento, que pueden incluir políticas sobre puntualidad, vestimenta, uso de equipos o comportamiento en el lugar de trabajo.
El incumplimiento de estas normas puede llevar a una sanción. Por ejemplo, llegar tarde al trabajo de forma repetida o no seguir las instrucciones del jefe directo puede ser motivo de una sanción.
Bajo rendimiento
Las empresas pueden sancionar a un trabajador si consideran que no está cumpliendo con las expectativas de productividad o calidad en el trabajo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no cualquier descenso en el rendimiento justifica una sanción. Debe ser un incumplimiento significativo de las obligaciones laborales.
Comportamiento inapropiado
Cualquier tipo de comportamiento que pueda considerarse irrespetuoso o inadecuado en el lugar de trabajo, como insultos, actitudes violentas o acoso hacia compañeros o superiores, puede ser motivo de sanción.
El acoso laboral, la discriminación y la conducta poco profesional también suelen dar lugar a sanciones disciplinarias.
Abuso de confianza
Cuando un trabajador abusa de su puesto para obtener beneficios personales o incurre en actividades fraudulentas, la empresa tiene la potestad de sancionarlo.
Por ejemplo, robar materiales de la empresa, manipular información o aprovecharse del cargo de manera indebida son motivos claros de sanción.
Falta de asistencia injustificada o absentismo laboral
La ausencia injustificada del puesto de trabajo sin previa notificación o la falta de asistencia reiterada son razones típicas para imponer sanciones.
El abandono del puesto de trabajo en horas laborables también puede ser sancionado.
¿Cómo impugnar una sanción laboral si no se está de acuerdo?

Si se considera que la sanción que te han impuesto no está justificada, es desproporcionada o vulnera los derechos del trabajador, se puede impugnar.
Lo primero que se debe hacer es revisar detenidamente la notificación de la sanción que ha enviado la empresa. En la mayoría de los casos, la sanción debe ser comunicada por escrito y debe incluir una descripción detallada de los hechos que motivan la medida, así como el tipo de sanción y la fecha en la que será efectiva.
Es importante verificar si se ha seguido el procedimiento correcto y si la sanción es acorde con la falta cometida.
Es recomendable, antes de impugnar la sanción, consultar con un abogado especializado en derecho laboral. Un profesional podrá revisar tu caso en detalle, analizar si existen motivos suficientes para impugnar la sanción y ofrecer asesoramiento sobre los pasos a seguir. Por eso, es importante recurrir a abogados versados en Derecho Laboral y Seguridad Social con experiencia en despidos y sanciones laborales como los de Abogados Durán.
Además, tal y como explica su propio equipo en https://abogadosduran.com/especialistas-derecho-laboral-y-seguridad-social/despidos-y-sanciones/, es importante tener en cuenta los plazos en caso de que la empresa llegue a formalizar su despido. El trabajador, en estos casos, puede impugnarlo mediante una demanda en el plazo de 20 días hábiles, contando desde el día posterior al de la notificación, debiendo presentar previamente una papeleta de conciliación ante el SMAC.
Envía una carta de impugnación a la empresa
El siguiente paso es redactar una carta de impugnación y enviarla a la empresa. En esta carta, debes exponer los motivos por los que no estás de acuerdo con la sanción, detallando los hechos y aportando cualquier prueba que tengas a tu favor (por ejemplo, correos electrónicos, testigos, registros de horario, etc.).
Conviene asegurarse de que la carta esté bien fundamentada y de que se envíe dentro de los plazos establecidos por la ley. Estos plazos suelen ser de días o semanas, dependiendo de la gravedad de la sanción y las normativas locales.
Reclama ante la inspección laboral
Si la empresa no acepta la impugnación o si el asunto no se resuelve internamente, es posible presentar una reclamación ante la inspección de trabajo. En esta instancia, se revisará el caso de manera imparcial y se podrá llegar a una resolución.
Inicia un proceso judicial si es necesario
Si tras agotar las vías internas y administrativas no se resuelve la situación, se puede iniciar un proceso judicial para impugnar la sanción.Para ello, hay que presentar una demanda ante el juzgado de lo social. Durante el juicio, un juez revisará los hechos, las pruebas presentadas por ambas partes y decidirá si la sanción es válida o no. Si el juez falla a favor del trabajador, la sanción puede ser anulada o verse alterada.